En las últimas décadas, el turismo ha experimentado un crecimiento notable, pasando de ser una actividad elitista a un fenómeno de masas. De acuerdo a la OMT, el volumen de negocio del turismo hoy en día iguala, o incluso supera, a las exportaciones de petróleo, automóviles o productos alimenticios. Se trata de una circulación continua de viajeros que se ha convertido en un elemento clave en el progreso socioeconómico de muchos países, sobre todo de aquellos en vías de desarrollo.
¿Qué son las corrientes turísticas?
De acuerdo a lo anterior, las corrientes turísticas son este desplazamiento de grandes grupos de personas de un lugar a otro. El lugar del que provienen se le suele llamar “núcleo emisor”, y el lugar hacia el que viajan se conoce como “núcleo receptor”.
Por ejemplo, si gente de distintos países viaja a Brasil, este sería el núcleo receptor y estaríamos hablando de una corriente turística hacia Brasil. Pero si hablamos de viajeros de EE.UU. que viajan a distintos lugares en Latinoamérica, Europa o Asia, hablamos de una corriente turística de EE.UU., siendo este país el núcleo emisor.
Manuel Gurría Di-Bella en su libro “Introducción al turismo” deja en claro que estos núcleos turísticos no se limitan a países, sino que pueden abarcar distintas áreas en la geografía turística, como regiones, estados, ciudades, etc., según el punto de vista de quien los analice.
Elementos que caracterizan a las corrientes turísticas
Conocer las características de las corrientes turísticas permite a las autoridades y empresas privadas planificar acciones y estrategias de desarrollo. Las características que definen a estos grupos de personas en tránsito son las siguientes:
- Núcleo emisor. Como ya lo mencionamos, es de donde parte la corriente turística. Generalmente se trata de países con un elevado desarrollo económico.
- Núcleo receptor. Es el destino que recibe a la corriente turística, el cual se mantiene en continuo desarrollo, ya que está sujeto a temporalidad o a moda. Dentro del mismo destino se incluyen servicios y actividades para abarcar distintos mercados.
- Duración del viaje. Lógicamente, mientras más tiempo permanezcan los viajeros en el destino, mayor será el beneficio económico para el lugar turístico.
- Distancia. Entre el núcleo emisor y receptor, siendo beneficiados aquellos receptores cercanos a grandes núcleos emisores de corrientes turísticas.
- Medio de transporte. Esto permite a quien estudia a las corrientes turísticas darse una idea de la tipología de los viajeros. De igual manera, los destinos que cuenten con más medios de acceso para recibir turistas (autopistas, vía aérea, tren, barco, etc.) se verán más beneficiados.
- Motivación. Existen muchas teorías sobre lo que impulsa a los turistas a viajar. Epperson identificó seis motivos de empuje: escape, relajación, autodescubrimiento, aventura, prestigio y desafío; así como motivos de atracción, los cuales son externos a las personas y suelen ser generados por la publicidad.
Tipos de corrientes turísticas
Existen corrientes turísticas actuales, es decir, las que están bien definidas y con un flujo relativamente estable; pero también están las corrientes turísticas potenciales, que son aquellas que surgen cuando el núcleo emisor adquiere cierto nivel de desarrollo socioeconómico, lo que facilita que un número determinado de personas estén dispuestas viajar. Por otra parte, de la motivación que impulsa a los viajeros a desplazarse, se generan dos tipos de corrientes turísticas:
- Las instintivas. Son corrientes que se producen por la voluntad de ir a un lugar, sin haber sido inducido a hacerlo. Por ejemplo, porque ya se conoce, por la cercanía o por la facilidad de acceso.
- Las inducidas. Son aquellas corrientes que se generan por la influencia de factores como el marketing y la publicidad.
Estudiar las corrientes turísticas beneficia a las empresas
Como ya lo vimos, los motivos de las personas para desplazarse son distintos; además, las corrientes turísticas se manejan por temporalidad, por ejemplo, en los destinos de playa, la temporada alta se registra durante el verano, las vacaciones escolares o en invierno, cuando reciben a turistas que buscan refugiarse del clima frío de su lugar de origen. Por otra parte, factores como la edad, nivel de educación, estrato sociocultural, e incluso el medio de transporte en el que se desplazan son determinantes en el interés de un grupo de personas por visitar algún lugar.
Por lo tanto, para operar, vender y planear a futuro, el turismo puede hacer uso de datos estadísticos que brinden indicadores del turismo captado, así como permanencia, gasto per cápita, disponibilidad de habitaciones, transportación de viajeros, gastos promocionales y empleos directos e indirectos del sector, entre otros.
Conocer a fondo la temporalidad, la motivación y las preferencias generalizadas del mercado que conforma una corriente turística permite dirigir eficazmente procesos de comercialización. De esta manera, un destino puede atraer a distintos segmentos de mercado turísticos según sus intereses, por ejemplo, turismo de descanso, de negocios, de aventura, religioso, cultural, gastronómico, de congresos, y de salud, entre otros.
Al estudiar estos mercados se identifican las necesidades, recursos, gustos, comportamientos y tendencias de los viajeros o prospectos de viajeros. Estos datos sirven a instancias gubernamentales y empresas turísticas de todo tipo en la toma de decisiones para captar corrientes turísticas, que van desde la planeación de futuros desarrollos hasta el tipo de tours a ofrecer.